Era preciso hacer algo para revertir ese caos, pero nadie parecía hacerse cargo.
Un día, cuando las personas llegaron a trabajar, encontraron en la portería un enorme cartel que decía:
"AYER FALLECIÓ LA PERSONA QUE IMPEDÍA EL CRECIMIENTO DE NUESTRA EMPRESA"
Todos sintieron gran curiosidad por saber quién sería este personaje y se dirigieron al salón central para conocerlo.
A medida que las personas iban aproximándose al cajón, la excitación aumentaba.
QUIEN SERIA QUE HABIA FALLECIDO?
Uno a uno, se aproximaban, miraban al difunto y se quedaban pasmados: en absoluto silencio, como si estuviesen congelados.
Pues bien, seguramente no te imaginas lo que los empleados veían al acercarse al féretro ........
¡¡¡UN GRAN ESPEJO!!!!